martes, 25 de agosto de 2009

Río Usumacinta, El Río de Jade: Arqueología, Frontera con México


El Usumacinta, misterioso y salvaje como los grandes ríos del mundo,forma una frontera natural entre México y Guatemala escondiendo en sus riberas apasionantes encuentros con la naturaleza y fantásticos restos de la milenaria cultura maya.
Dos son las opciones de viaje al Usumacinta, desde Flores Petén o desde Palenque, Chiapas, según el lado de la frontera del que se decida partir. La opción mexicana tiene más trayectos organizados que la guatemalteca. Desde Palenque hay servicios turísticos que realizan la visita en el día. Si se toma el camino de Flores, la carretera se encuentra en malas condiciones por lo que el vehículo utilizado debe estar preparado para todo terreno.

El punto habitado más cercano a las ruinas de Yaxchilán es Frontera Corozal, una población difícilmente identificable como tal, ya que sus viviendas se reparten por una extensa llanura y el centro urbano queda muy alejado del muelle. Aquellos que pretendan hacer el viaje por su cuenta, prescindiendo de guías de las agencias de Palenque, tendrán que ser previsores.
Pocas son las salidas de transporte público que existen desde Palenque. De todas formas, se puede tomar un microbús que se dirija a la frontera y bajarse en el cruce con esta población. Ahí, existe un servicio de taxi, casi permanente, pero habrá que acceder al precio que señale el conductor. La otra opción, es esperar que pase un transporte y pedirle "jalón" para pagar sólo unos diez pesos.

Al llegar al embarcadero, es mejor asegurarse el alojamiento antes de emprender alguna travesía. Existen dos campings bastante completos en Frontera Corozal, a la ribera del río, ambos tienen la opción de acampar o bien hospedarse en una cabaña, aunque sus precios son costosos. Además, en la localidad fronteriza, se puede recorrer la avenida principal, que está asfaltada, y preguntar en los distintos hospedajes que se encuentran al paso. No existe información turística ni alguna guía actualizada sobre los hospedajes, esto quiere decir que si tienen paredes y techo, e incluyen un baño con ducha y una palangana de agua limpia, el viajero se puede dar por satisfecho.

Confiar en los lugareños es, finalmente, la forma de informarse. La vida alejada del bullicio de las grandes ciudades hace de ellos personas sinceras y no dadas a aprovecharse del visitante, todo lo contrario, son amables y siempre responden con una sonrisa. Hospedarse o comer en los diferentes sitios que se pueden visitar junto al Usumacinta, como los restos arqueológicos de Yaxchilán, es complicado, ya que están en el corazón de la selva lacandona, por lo que es necesario saber dónde se va a dormir y qué se va a comer antes de hacer un viaje por el río.


La Atenas de los mayas
La ribera del Usumacinta posee un encanto natural impresionante y se puede optar por recorrerla a placer, visitando alguna de las localidades y dormir a campo abierto en camping, lo que constituye una verdadera aventura.

Asimismo, uno de los puntos preferidos por el viajero son las ruinas mayas de Yaxchilán, que permanecen escondidas por la naturaleza al paso de las embarcaciones. Al llegar a este parque arqueológico, se camina a través de una densa selva y, repentinamente, van apareciendo los restos de la civilización perdida.
Las investigaciones arqueológicas en la selva lacandona no comenzaron hasta muy entrado el siglo pasado, cuando un norteamericano, huyendo del reclutamiento para la Segunda Guerra Mundial, fue a parar a esta zona de Chiapas. Allí, un chiclero le llevó a conocer los restos de su antigua cultura. A partir de entonces, Charles Frey participó en las expediciones que el gobierno mexicano llevó en la zona. Este expedicionario murió trágicamente en un intento por salvar a un compañero de ser arrastrado por la corriente cuando navegaba por el Usumacinta.

Años después, parte de la ciudad fue descubierta para el público, comenzando la visita a través de la ruta que sigue la vereda junto al río. Al final del camino, el visitante encontrará una pequeña entrada en una ruina. La puerta penetra por la parte trasera de un templo, en cuyo interior un conjunto de tenebrosos pasadizos casi parecen perderse en la pirámide. Atravesándola hasta el extremo opuesto, una salida nos descubre la explanada de la Gran Acrópolis. Esta extensión de unos dos campos de fútbol, está plagada de estelas y monumentos, como los dedicados al jaguar y el caimán, y rodeada de un conjunto de pequeños templos. Existe un amplio espacio que se dedicaba al famoso juego de la pelota que practicaban los mayas.

Ascender por los laterales de la Gran Acrópolis irá mostrando pirámides, semicubiertas por la selva, que conservan gran parte de su majestuosidad original. Aún tienen sus remates o cresterías y algunas esculturas de gran tamaño, así como relieves muy bien conservados. El tope del ascenso lo forma un grupo arquitectónico con una fantástica vista de la selva que lo rodea.

Esta ciudad maya del Período Clásico, fue más importante que la situada un poco más entrado México llamada Bonampak. De hecho, los arqueólogos apuntan que ésta era simplemente un centro ceremonial de Yaxchilán. El apogeo lo alcanzó en el siglo VIII, bajo el reinado de Escudo Jaguar y su hijo Loro Jaguar. Luego, como le sucedió al resto de esta mítica civilización, fue abandonada y guardada por la selva hasta nuestros días. Todavía, cuando cae el día, un grito desgarrador parece ahuyentarnos para no turbar el descanso eterno de las ruinas. Son los terribles gemidos que los monos aulladores emiten para marcar su territorio y que, si se observa atentamente, pueden verse por entre las ramas de los altos árboles.

El difícil acceso al conjunto arqueológico lo han convertido en uno de los parques más apartados del turismo masivo, lo que confiere un particular encanto a la visita. Según la hora, el paseo se hace bastante solitario y las ruinas mantienen una fascinación mágica que otros lugares han perdido. Además, este misticismo aumenta al conocer que la selva lacandona fue elegida por la guerrilla zapatista para refugiarse, acampando muchas veces entre las ruinas.

La gran riqueza natural, desde pájaros carpinteros hasta murciélagos, el componente de aventura, por la poca explotación turística, y los medios tradicionales de transporte, hacen que la visita al Usumacinta posea los ingredientes del viaje completo. Una travesía que puede asustar al viajero menos temerario, pero seguro que, si al final se decide por esta visita, se volverá inolvidable.


Terror, la fuerza del agua
El cauce del Usumacinta es, como suena su nombre, soberbio. El tramo que forma la frontera natural entre México y Guatemala es ancho y, aunque parezca sereno, merece respeto, ya que cualquiera que se atreva a enfrentársele será arrastrado por la corriente. Las embarcaciones que lo surcan son particularmente estrechas, posiblemente por las difíciles condiciones de su navegación.

Utilizar el Usumacinta como vía de comunicación es una experiencia incomparable. El viaje fluye a través de gigantescos meandros que, por las formaciones rocosas, parecen modificarse a caprichoso placer, según las temporadas. Sólo la selva, en las riberas, detiene su impetuoso paso.

Al atardecer, sus espesas aguas, marrones por los sedimentos, se tiñen del verde reflejo de la selva, convirtiéndose en un espectáculo de indiscutible belleza. Es en este momento, cuando la fauna revive de su letargo y, con el refrescante influjo de una lluvia tropical, se divisan aves, iguanas e, incluso, enormes cocodrilos.

lunes, 24 de agosto de 2009

Semuc Champey, Alta Verapaz


Como en un cuadro pintado por la naturaleza, es el extraordinario paisaje que ofrece este puente natural, o plataforma de piedra, en la que manantiales y lagunetas cristalinas reflejan el colorido turquesa de sus aguas.

Las Verapaces es una región propicia para acercarse a la naturaleza y deleitarse con las asombrosas formas de su espléndida topografía. Semuc Champey es una de las mejores joyas naturales, del departamento de Alta Verapaz. Su nombre deriva de las voces q'eqchi' que significan: escondido en las profundidades de la piedra.

Para visitar este lugar se debe llegar primero a la ciudad de Cobán y luego dirigirse a Carchá. Las señales de tránsito orientan la ruta que debe seguirse para llegar al municipio de Lanquín, donde se encuentra Semuc.
De allí y durante las próximas tres horas el camino es de terracería,( bueno, a decir verdad, ya esta asfaltado una buena parte, pero todavía le falta un tramo ) por lo que se recomienda un vehículo de doble tracción ( en época de invierno ) . Conforme se adentra en este hermoso lugar el viajero puede disfrutar del paisaje que cambia de una manera abrupta, ofreciendo una topografía variada y colorida. La bruma y lluvias ocasionales lo acompañarán en esta travesía terrestre, salpicada en algunos tramos por el blanco de los lirios silvestres.

Ya en el municipio puedes abastecerte de provisiones, aunque lo ideal es llevar todo desde tu punto de partida, ya que Lanquín es una comunidad rural en donde encontrarás sólo lo indispensable. A media hora más de camino se encuentra esta Reserva Natural Protegida. Un puente reforzado de una sola vía es el primero en dar la bienvenida junto con mariposas de intensos tonos azules que danzan al compás del murmullo del río Cahabón.

Joya de la naturaleza
Este paraje ecológico tiene una extensión de nueve kilómetros cuadrados. Ofrece al visitante un clima agradable con una temperatura promedio de 26 grados centígrados y alta humedad ambiental.

La reserva pertenece al área de la subcuenca del río Cahabón, que se constituye en el amo y modelador de las tierras altas de la Sierra de Chamá, e impone su presencia en esta región esmeralda. La corriente del río está bordeada por bosquecillos de liquidámbar y de pinares.

El río cuenta con quebradas tributarias y otros afluentes, pero a medida que recibe a los ríos menores se hace más poderoso, hasta que llega al paraje de Semuc. Allí se introduce en una gruta abierta frente a su cauce. Trescientos metros adelante resurge formando cascadas que brotan con intensos colores.

Completan la belleza del paisaje el conjunto de pozas escalonadas, formadas en el terreno calcáreo, cuyas aguas cristalinas presentan tonalidades que van desde el verde esmeralda al azul turquesa, en las que se puede nadar sin la menor preocupación. Las de mayor tamaño tienen 20 metros de ancho y dos metros de profundidad.

Un paseo en la floresta
Sumergido en el bosque lluvioso el sitio es ideal para disfrutar de la exuberante belleza del entorno. El área es protegida celosamente por los guardarrecursos, por lo que es preciso seguir las recomendaciones antes de ingresar. Lleva tus alimentos y sigue las indicaciones.
El sitio es ideal para relajarse entre la sinfonía natural del agua, el viento que roza las copas de los árboles y la espesura del bosque que cobija a los que desean acampar. Completan el paisaje cavernas, sumideros, manantiales,cerros residuales y esas pozas escalonadas. Todo ello al fondo del profundo y abrupto valle labrado por la fuerza del río Cahabón.
Anclado en la leyenda
Historias y leyendas se entretejen en este escenario magnífico, y se conservan de manera oral gracias a la memoria de los habitantes de las comunidades cercanas.

Para los amantes de la naturaleza, el lugar es ideal para conocer la flora nativa entre las que destacan el cerezo, naranjo, ramón blanco, palo gusano, palo sangre guarumo, ceiba y pino petén.

Semuc ofrece a todo el que lo visita un espacio ecológico completo en el que se mezcla el misticismo de un lugar lleno de encanto con la fuerza de la naturaleza, que a través de miles de años ha sido espléndida para modelar uno de los más bellos escenarios de Guatemala.

domingo, 16 de agosto de 2009

Río Cahabón en Alta Verapaz




Bordeado por vegetación,liquidámbar y bosques de pino, el río Cahabón recorre con ímpetu Alta Verapaz. Por algo en las mitologías, los ríos son mágicos. Conforme avanza en su curso,se convierte en un torrente de agua impresionante.

Cuando el Cahabón alcanza Semuc Champey, en el municipio de Lanquín, lo hace acompañado por un estruendo sobrecogedor, se podría pensar que allí el trueno no baja del cielo, sino surge de la misma tierra.
Para entonces, su fuerza es irresistible debido a su poderío, alimentado por sus afluentes y potenciado por la topografía de su bello recorrido. De pronto el Cahabón desaparece de la vista,devorado por las entrañas de la misma tierra que recorre tan velozmente. En un punto, el cauce del río encuentra en su camino una caverna que hace las veces de puente natural, porque tan sólo a 300 metros adelante, la sierpe de agua resurge a la superficie formando cascadas que invitan a una contemplación apacible.

En la parte superior, el río formó muchas pozas color verde esmeralda de uno a tres metros de profundidad, que son alimentadas por manantiales de la montaña y que constituyen un espectáculo extraordinario que pareciera haber sido contemplado por los antiguos dioses mayas.

Es entonces cuando el visitante puede regodearse con el paisaje y hundirse en esas heladas aguas para vitalizar su cuerpo. Estas mínimas piletas se localizan en un pequeño cañón formado por roca sedimentaria y caliza, propias de las tierras altas del valle del Polochic.

El canto de los pájaros acentúa esa paradisiaca visión que permite remontarse en el tiempo y creer esa ensoñadora historia de los pobladores de Semuc, de que el inicio de la vida fue precisamente ahí, y que el Edén sin duda alguna fue este majestuoso y mítico rincón cobanero.



Siguán maravilloso
Un saco de dormir basta para poder admirar ese límpido cielo cubierto de estrellas, que a veces se refleja en esos ojos de agua que cubren por completo el panorama. Visitar Semuc Champey es crear un contacto especial con la naturaleza y dejarse envolver por el murmullo de la corriente del río.

Localizado en el municipio de Lanquín, sobre el río Cahabón en el departamento de Alta Verapaz, Semuc Champey está constituido por un puente natural de piedra de aproximadamente 500 metros de largo, en donde el caudaloso río Cahabón circula subterráneamente, en lo que se conoce como un siguán.

El acceso a Semuc desde Guatemala es de 213 kilómetros hasta la ciudad de Cobán. Luego hacia la población de Lanquín son 65 kilómetros, por un camino de terracería ( ahora asfaltado ), y de ahí a Semuc Champey son 8 kilómetros en vehículo de doble transmisión o a pie.

viernes, 14 de agosto de 2009

Lanquín. Un viaje a una aventura extrema


El punto de partida para llegar a Lanquín es la cabecera departamental, Cobán, que dista tres horas de este pintoresco municipio. Para llegar hay que dirigirse por la carretera que conduce a San Pedro Carchá. De allí en adelante, el trayecto se realiza en camino de terracería,desde el cual el panorama que se divisa es espectacular.

La topografía de la región es tan generosa como diversa. Por un momento son planicies, luego la profundidad de los siguanes asombra en una sinfonía de sonidos, colores y el olor penetrante de la selva.

El origen de estas grutas se remonta al cambio de dirección experimentado por el río Lanquín, que en la entrada recibe al visitante con el brillante turquesa de sus aguas. Este arrastra fuertemente miles de litros de agua cristalina y una brisa minúscula que refresca todo el entorno.
Lanquín ofrece un hermoso refugio lleno de atractivos. El paisaje compuesto por un escenario espléndido que incluye una espesa vegetación y el murmullo tranquilizador del río, nos transporta de inmediato en un paseo sin tiempo. Por último, remata el escenario la magnificencia de los peñascos carcomidos por la fuerza erosiva del agua que fluye desde sus profundidades.

Todo se combina en este espacio para asumir una nueva aventura, entrar a un mundo subterráneo en donde imperan las sombras. Con equipo en mano y una cámara a cuestas la aventura se puede prolongar para vivir las emociones más fuertes de este paraíso escondido.

Exactitud natural

Uno de los más grandiosos espectáculos que ofrece Lanquín es el vuelo de los miles y miles de murciélagos que habitan su interior.

Con la exactitud de un reloj salen todos a las seis de la tarde y regresan puntualmente a las 5:30 de la mañana. Pero más increíble es que si una persona se interpone en su camino estos mamíferos alados esquivan la colisión con una precisión milimétrica. Proyecta en tu próxima visita ser parte de este fabuloso episodio.

Expedición entre las rocas
Para ingresar al lugar los turistas se registran en la oficina de control que se encuentra en la ribera del río cerca de la entrada. En ella se efectúa el pago, por persona, de Q.10.00 quetzales, para nacionales, y Q.25.00 para extranjeros que sirve para cubrir el costo de la energía eléctrica instalada en su interior e ilumina esta catedral rocosa.

Lo más recomendable para disfrutar de esta odisea terrestre es contar con la colaboración de guías locales, quienes te pueden brindar un recorrido seguro, además de información adicional sobre los alcances de anteriores expediciones.

Sin olvidar nada

Una buena parte del trayecto está iluminado con energía eléctrica pero hay que caminar con cautela. El suelo es resbaloso por la humedad. Las piedras hacen un tanto accidentado el ingreso, se recomienda utilizar un calzado apropiado y casco.
Utiliza pantalones y camisas frescas, procura además llevar tus cosas en una mochila para tener libres las manos en caso de un resbalón. Incluso tu equipo fotográfico no debe estar tan expuesto, protégelo con bolsos apropiados y ten en cuenta que la luz en este sitio es escasa.
Para nuestra sorpresa, uno de los mejores guías es Nicolás, un niño q'eqchi' de 11 años que conoce cada detalle de las grutas ya que las visita regularmente desde pequeño.

Nicolás es un niño que estudia durante la semana como cualquier otro. Pero los fines de semana y durante las vacaciones su vida se transforma en aventura, ya que se dedica a dirigir expediciones al interior de estas fabulosas creaciones de la naturaleza. En sus explicaciones a los turistas él brinda una verdadera lección de la sabiduría conservada de manera oral por los integrantes de su comunidad.

Lanquín, como otros lugares de la región, sufrió duramente los embates del conflicto armado interno, por lo que muchos de sus registros documentales desaparecieron. Por eso, toda la historia de su comunidad ha sido preservada por sus miembros a través de la tradición oral y Nicolás es la mejor evidencia de ello. Con toda la solemnidad del caso nos comenta interesantes anécdotas de sus antepasados y las ceremonias que desde la época prehispánica se llevaban a cabo en su interior.

Formas caprichosas
Las caprichosas formaciones rocosas de miles de años semejan animales. Cada una es nombrada de diversa forma, algunas de las más conocidas son el mico, el tigre, el fémur, altar de sacrificios.

En este paraíso la naturaleza ha sido espléndida, el nacimiento del ríoLanquín y la magia de este mundo rocoso son el marco perfecto para reconciliarse con la vida.
Para este chico el recorrido de media hora de camino con iluminación eléctrica hacia las profundidades es una cuestión rutinaria, ya que lo realiza desde que tenía seis años. Las grutas, desde que fueron descubiertas, han representado un reto para los científicos de todo el mundo, que han venido a Guatemala a conocer sus intimidades. Su recorrido completo aún constituye un secreto ya que no se le ha encontrado un límite aparente, además no hay mapas para guiarse. Los habitantes de la región suponen incluso que podrían tener comunicación con las grutas de Aktun Kan en Petén, pero nadie se ha atrevido a comprobarlo.

Es tanta la fascinación que ofrece este sitio que uno de sus recorridos más recordado aconteció hace 75 años. En esta ocasión una expedición de 15 franceses se adentró a explorarlas cargados con equipo especializado. El esfuerzo fue tan grande que solamente tres de ellos pudieron salir y del resto de expedicionarios no se ha tenido noticias desde entonces.

Acción de miles de años

Las grutas ofrecen un escenario impresionante compuesto por extrañas formaciones de karst o carbonato de calcio. Su composición química permite que este material se desplace y sedimente al contacto con el agua, lo que crea las cavernas y diferentes formaciones calcáreas a través de un lento proceso de cientos de miles de años. El agua producto de las lluvias externas se filtra por las bóvedas y crea interesantes esculturas naturales: las estalactitas y estalagmitas. Siglos después éstas se unen para formar una columna sólida a la que se conoce como estalagnato.
La sensación de ingresar es sobrecogedora, considerando que las grutas son el producto de la acción de la naturaleza y datan de épocas en donde no existía los seres humanos. Las grutas poseen peculiares formaciones que semejan animales y objetos. El brillo de los minerales le imprime un dramatismo que combina magistralmente con la luz que tímidamente se introduce en esta mansión en donde se conjuga la aventura, lo desconocido y las ganas de llegar más lejos.

martes, 11 de agosto de 2009

Laguna Magdalena, Huehuetenango


Hilos de la Virgen. Un segundo Semuc Champey.

Huehuetenango no deja de sorprender por la variedad de climas y bellezas naturales. En esta ocasión, una larga caminata nos llevó a un paraíso verde, aguas cristalinas y una enorme cascada. El lugar es tranquilo y se presta para un excelente fin de semana acampando.

Ya en varias ocasiones planificamos un viaje a este lugar sin haber podido concretarlo, pero aprovechando una visita a Huehuetenango, decidimos no regresar sin visitar la Laguna de Magdalena.
Para llegar desde la capital se debe tomar la Carretera Interamericana, se deja atrás a Sololá y Quetzaltenango en el camino y se sigue directo a Huehuetenango.
A partir de este punto, se debe tomar la carretera en ascenso al Mirador y al salir de las curvas, justo llegando a la planicie, se verá el letrero que indica 18 kilómetros hacia Magdalena.
Este camino es de terracería y es posible recorrerlo en un sedán, pero se recomienda un 4x4 o por lo menos un 4WD pues kilómetros antes de llegar, lo suelto del terreno y lo empinado, significarían un problema para un auto ordinario.
Llegamos...
Cada historia en este sitio web siempre tiene una anécdota curiosa, en este caso no podría faltar... Manejamos por la planicie a la 1:00AM y llegamos finalmente al área donde acamparíamos a las 3:00AM. Hacía bastante frío, los cristales de hielo brillaban en la grama al ser iluminada.
Montamos el campamento y descansamos para comenzar la caminata al otro día temprano.
Por la mañana, la vista del cielo estrellado era indescriptible, sin comentar el azul saturado de la mañana.
Desde el camino a la laguna es posible apreciar del otro lado las Piedras de Capzín.

Ovejas, roca y río

Iniciamos la caminata y pudimos contemplar varios boulders (formaciones rocosas de tamaño medio, como del tamaño de una casa, en las que se puede practicar la escalada en roca). El camino está lleno de éstos.
Realmente representa un excelente destino para la escalada en roca. Abundan también las áreas para escalar y la roca requiere muy poca limpieza.
Encontramos varios rebaños de ovejas y conversamos con varias personas en el camino sobre el lugar.
Vale mencionar que no se encuentra nada más hasta llegar cerca de la laguna, un par de casas y una tienda, por lo que hay que ir preparado con comida y suficiente agua si se decide caminar.
Seguimos el recorrido y encontramos un cauce cada vez más ancho y caídas interesantes. Luego una caseta de ingreso a la laguna totalmente abandonada.
Llegamos finalmente a la laguna, se ve un letrero de la municipalidad del año 2,000 y tristemente... basura por todos lados.
El paisaje es muy interesante, realmente hermoso, sin embargo el cauce del río que precede a la laguna tiene un fondo lleno de empaques plásticos, botes, envases y baterías.
Permanecimos unos momentos en el lugar, que cabe decir es bastante frío también y decidimos buscar caminos que nos mostraran una mejor vista.
Dadas las características del lugar, es recomendable visitarlo por la mañana y al filo del medio día. Por la tarde suele estar totalmente neblinoso ocultando el paisaje. De hecho al regresar, la laguna estaba totalmente oculta.

Belleza y contraste
No esperábamos encontrar caídas de agua de semejante belleza, tampoco la basura y contaminación presente en el área.
El agua de la laguna es verde y ya tiene extensas poblaciones de algas en sus orillas. Es prohibido nadar en el lugar... pero realmente nos pareció curioso el letrero... ¿prohibido? ¡es imposible!, a menos que se disfrute de enredarse en las algas y salir fosforescente...
Es verdaderamente triste que se arroje basura en el cauce del río, sin dejar de mencionar la tremenda acumulación de jabón que soporta. En resumen, se puede apreciar que la laguna sufre de un serio problema de contaminación.
Un cuidado especial del lugar podría representar ingresos económicos y fuentes de trabajo para los locales, sin embargo este tema es controversial, pues si bien existen muchos lugares como éste, con iguales necesidades de cuidado, es EL VISITANTE, quien debe también colaborar, pues los pobladores, convertidos en guías, no son recolectores de basura para limpiar lo que los visitantes dejan.
Más abajo, las caídas de agua que dejan acumulada la basura entre la vegetación funcionan casi como filtro, esto permiten que el cauce continúe con una apartente limpieza.



Otro Semuc Champey
Caminando por los bordes encontramos un camino de ascenso y poco a poco fuimos circundando el lugar. La enorme formación rocosa al frente hacía recordar fotografías de paisajes japoneses.
Fue grato encontrar pozas cristalinas y varias cascadas. No existen caminos de fácil acceso a las mismas pero nos acercamos caminando entre rocas y troncos.
Realmente es un lugar impresionantemente bello. Estamos seguros que en épocas menos frías es un deleite, cual Semuc Champey de Alta Verapaz. Pero en este momento, era demasiado frío como para ingresar a las aguas.

Llegamos al final del cauce, el cual termina en una caída donde se alcanza a observar la continuación del río como una diminuta línea blanca en el fondo.
Al seguir el descenso por los bordes, se puede apreciar dicha caída de agua, la cual constituye una impresionante cascada de gran altura.
Debido a la vegetación y al bosque, fue imposible tomar una fotografía de la cascada completa. Se puede ver en varios tramos desde distintos puntos.
Sin duda Huehuetenango es un destino que no deja de sorprender y que invita a ser explorado. Esperamos que esto inspire a las personas a cuidar los lugares y su comportamiento al visitar los mismos.
Igualmente esperamos que instituciones ecológicas se interesen en colaborar a promover estos destinos y a su vez, a facilitar fondos para su mantenimiento, pues personas interesadas en conservar Guatemala... abundamos.

Ciertamente en uno de los “colazos “ que hicimos en motos de trial. Justamente entramos por las piedras de capsín. Léase, por el lado opuesto por donde toda la gente entra.
Ah! Pasamos unos lugares…hermosos !!. Si porque vamos dandole la vuelta!!! Bueno, en un tramo se vé esta catarata que es el desague de la laguna y se vé en su plenitud…! Bueno, esta catarata se llama “LOS HILOS DE LA VIRGEN “
Quien dijo que los hilos de la virgen no se miraban ahhhh!!!!! ???



Escrito por Julio Sandoval.

viernes, 7 de agosto de 2009

Chilascó. Una de las cataratas más altas de Guatemala


El Salto Chilascó, como le suelen llamar, ofrece un bosque húmedo, buen trekking, vegetación y frescos riachuelos. Esta cascada, en Baja Verapaz, se corona como la segunda más alta de América Central, después de la de Tzul Taka, localizada en Guatemala también.


Para llegar

Debes tomar la carretera que lleva hacia el Atlántico, tomar el cruce hacia las Verapaces. Una vez en del kilómetro 142, verás un cruce de terrecería que asciende hacia tu derecha. Desde ahí no hay pierde.

En Semana Santa llegan muchos visitantes y hasta encontrarás guías y un parqueo lleno, pero en general, en toda época del año, es recomendable viajar en grupo pues … solos? No muy funciona!!!!



Cuando fuimos la primera vez, estábamos todos a la expectativa pues medio mundo habla de la altura de esta cascada. El nombre, Salto Chilascó nos pareció siempre bastante “pintoresco”.

Caminamos durante un buen rato, despacio porque la humedad y lo accidentado del suelo ofrecían buenas oportunidades a los resbalones. Era de esperarse porque la tierra está bastante suelta y una gran parte del camino es inclinada. Aún así, Semana Santa castigaba con el calor que la caracteriza.

Ya algo desesperados comenzamos a “comer ansias” como decimos, y estábamos todos a la expectativa. Pero la caminata valió la pena.

El ruido fue lo primero que escuchamos antes de alcanzar la vista de la cascada. Era fuerte y reflejaba muy bien la idea de lo que nos faltaba por ver.

Era inmensa... el agua caía con fuerza pero parecía como si lo hiciera en cámara lenta, rebotando de roca en roca. La vegetación era abundante.


Humedad y más humedad

Decidimos acercarnos más a la cascada, y lo hicimos con mucho cuidado. Una suave y fina brisa se forma por el agua que choca con las rocas, y ésta misma brisa moja todo alrededor. Las rocas están húmedas y el suelo bastante suelto.

Conforme uno se acerca al afluente de la cascada, se hace cada vez más difícil no resbalarse.

Finalmente llegamos y pudimos tocar el agua, bastante fría por cierto.

Dependiendo del tramo, algunas rocas enormes te permiten subir y ver pasar el agua por debajo de ellas. Estamos hablando de que entonces, estás en medio del afluente.


Una caída sería fatal

Tanta emoción nos había sacado por completo de la noción de dónde estábamos. Como siempre, algunos…no se animaron y se quedaron viendo las cosas desde lejos.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Pero otros si y subimos las rocas y de repente, sin darnos cuenta de dónde estábamos:

en pleno afluente. Intentamos avanzar más pero lo ligoso y liso de las rocas, por la humedad, lo hicieron muy difícil. Resbalamos varias veces y casi caemos. No fue una idea muy brillante dada la topografía del terreno, pues si caes, lo harías por muchos metros hasta abajo rebotando entre las rocas...

Finalmente nos reunimos en otra parte de la cascada para tomarnos la respectiva fotografía grupal.

Es bien importante informarse antes de llegar y preguntar en la comunidad de Chilascó, pues hay quienes han llegado y han encontrado un afluente muy pequeño, y han caminado tranquilamente entre las rocas... esto es peligroso, porque el afluente a veces se presenta así, pero las corrientes no se anuncian, y sin avisar, podrían inundarlo todo para desaparecer del mapa a cualquiera que esté en el camino….se le llama “las crecidas “.---ojo con las crecidas, mucho ojo ---

Esto es bien común en valles, ríos y barrancos en general. Se les conoce como “torrentes o bien crecidas”. Un minuto estás con el agua hasta las rodillas y al siguiente el agua barrió con todo.


Julio Sandoval.

martes, 4 de agosto de 2009

Laguna Brava (Yolnabaj), Huehuetenango


A cientos de kilómetros de la Ciudad de Guatemala se encuentra una laguna de tamaño colosal. Rodeada de bosques y paisajes que solamente se pueden encontrar en Huehuetenango. Y como todo tesoro natural, vale la pena el viaje.

No todos los lugares hermosos están al alcance de la mano. Esto es algo que hemos podido comprobar en cada uno de nuestros viajes y para llegar a esta laguna tendrás que ganarte el viaje.
Si en este momento por cualquier razón la rutina actual te hace pensar que podrías estar en un mejor lugar y que necesitas alejarte... Huehuetenango te ofrece cientos de opciones y esta es una de ellas.
La Laguna Brava, cercana a la frontera con México, representa un destino que hace que viajar lejos valga la pena. Es de gran tamaño y su forma serpenteante aparece en los mapas bajo el nombre de Yolnabaj, pero lo curioso es que al estar en el lugar, no se le conoce así y preguntar por este nombre dará como resultado expresiones de confusión en los locales.
Le conocen como la Laguna Brava y le llaman así porque en ciertos horarios dependiendo del clima, pero frecuentemente por las tardes, el viento que penetra el valle hace que las olas de la laguna se escuchen desde lo lejos.

Para llegar

Debes tomar la Carretera Interamericana con rumbo hacia Huehuetenango. Dejarás San Lucas, Quetzaltenango y la cabecera de Huehuetenango en tu camino. Pasarás por Nentón y finalmente llegarás ala Comunidad La Trinidad.
Ahi es donde el cielo arde... o al menos así lo parece...
Verás un obvio cruce hacia la derecha (siempre pregunta para verificar) y este camino digno de recorrerse en un 4x4 (piénsalo dos veces en un sedán... bueno, mejor ni lo pienses).
Al tomar este cruce, unos 3 kilómetros en el camino, comenzarás a entrar en un área neblinosa y dejarás el cielo despejado atrás. Voltear a ver te proporciona un excelente espectáculo cual atardecer.
Luego, dentro de un camino con frecuente llovizna, alcanzarás el cruce hacia la comunidad del lugar. Pregunta siempre a los locales en el camino pues existen dos accesos por esta vía. En el primero, cerca de la municipalidad, podrás rentar caballos.
En el segundo comenzarás un recorrido a pie.

Lodoso pero vale la pena


El GPS nos marcaba un par de kilómetros hacia la Laguna, sin embargo las amables personas de la comunidad nos advertían de 2 horas de camino...
Llegamos de noche y quisimos adentrarnos en el recorrido acampando en el camino. Contábamos con las coordenadas y no sería problema llegar, pero el cansancio de un viaje multi escalas con tan solo 2 horas y media de sueño nos hicieron reconsiderarlo.
Hicimos bien pues aunque el GPS indicaba bien la distancia, el recorrido es largo y difícil por ser un camino inclinado hacia arriba y abajo en sendas lodosas y bosques tupidos en el cerro….Por supuesto…eran veredas de TRIAL !!!...Sinó que lo diga el señor que amablemente nos atendió en su “casita “, que le dicen “diosito”. Ah!!!! Si vieran su jardincito…era un zoológico y le podías dar de comer a los venados. Esa noche dormimos arrejuntados, pero el sonar de una guitarra y al compás de coca-colas…la pasamos re-bien !!!
Contamos con la compañía de varios "patojos" que se ofrecieron a llevarnos, más bien a acompañarnos sin costo alguno.
Emprendimos el camino y estábamos ya un tanto desesperados porque no podíamos avanzar a la velocidad acostumbrada. El norte en el GPS cambiaba una y otra vez de posición debido a los contínuos giros que teníamos que tomar.
El paisaje estaba despejado pero poco a poco se comenzó a nublar.
El recorrido entre siembras de milpa, limas, caña, café y demás fue enriquecedor y refrescante por el tipo de sendas a las que estábamos acostumbrados en dicho largo viaje.
Llegamos a un punto alto desde el cual podíamos ver la serpenteante figura pero luego de adentrarnos en el bosque de "Noche Triste" descubrimos que para llegar hay que recorrer un camino bastante extraño.

La grata sorpresa

Luego de caminar durante buen rato nos encontramos con esta belleza cruzando el camino.
Nos detuvimos inmediatamente y con cámara en mano, un acercamiento y un par de fotos. Cabe decir que al acercarse en modo macro, la serpiente que se detuvo para permanecer inmóvil, asumió la posición de ataque-defensa característica.
NO DEBE tratarse a ninguna serpiente como si fuese inofensiva... en este caso, se nos ha dicho que es una falsa coral. No es venenosa, pero su parecido, que funciona como sistema de defensa, mantiene a depredadores lejos dando la impresión de ser una coral. Deberá tenerse presente el nombre de RANA cuando se vea una serpiente así….porque? bueno porque rana tiene primera letra ROJO, segunda AMARILLO, tercera NEGRO y la cuarta otra vez AMARILLO,,esta si es coral la que corresponde a RANA…la de la foto NO ¡!!
Las serpientes por naturaleza escapan del ser humano, no atacan a menos que se sientan amenazadas o estén perturbadas. Según nuestros escasos conocimientos (pero crecientes) es venenosa.
Continuamos y encontramos varios tramos del río que alimenta a la laguna y sus aguas
claras y turquesa ahí se les quita.

Su profundidad alcanza los 2 metros en ciertos tramos y es posible ver a los peces cruzar a velocidades impresionantes.
Encontramos este puente improvisado desde el cual se puede apreciar mejor a los peces.
A pocos minutos del lugar encontramos por fin la laguna y nos detuvimos a descansar.
Cabe decir que el paisaje y la abundancia de vida es grata. Cangrejos, peces, arañas y demás, se dejan ver en el recorrido.
El recorrido es largo pero vale la pena. La enlodada y "patinada" en el camino es algo que le añade gracia a la caminata. Recomendable para llevar gente delicada y "llena de cuentos"... ahi se les quita.
Compartimos nuestro almuerzo y agua con los "patojos y niños" que se integraron como miembros del equipo sin problemas y de regreso decidieron compensarnos amablemente dotándonos de frutas y caña para el camino.
Fue interesante probar un tallo que se encuentra en el camino, es verde y al limpiarlo se come para eliminar el hambre. Su único precio es que duerme la lengua.
No se debe intentar consumir ningún tipo de hierba o tallo sin ser conocedor. Una pista: si al cortar el tallo el líquido es lechoso... ni pensarlo. Debe ser claro y totalmente líquido.
La laguna Brava es un lugar increíble no solo por su belleza natural. La calidad de las personas de los alrededores es algo que nos dejó impresionados. Su sencillez y amabilidad... calidad de exportación, o bien de importación a la ciudad..., aunque debemos decir que mejor de intercambio!!!!.
Ojalá se encontraran esos buenos días alegres y saludos al caminar en nuestra rutina en la ciudad. Muchos de ellos nunca conocerán la ciudad... y qué bien por ellos, no la necesitan, no les contamina ni les apaga su felicidad ausente de preocupaciones, muchas de ellas comunes entre nosotros, y la mayoría... absurdas.
Bien, si tienes un grupo de amigos o amigas de "arranque" programen un viaje al lugar. Aquí está todo lo necesario para llegar.

Escrito por Julio Sandoval.